En ocasiones podemos pensar que la formación es un coste añadido a nuestra cuenta de resultados de la empresa. Pero vamos a darte varios argumentos de porqué proporcionar formación al personal puede convertirse en rentabilidad para tu empresa. Veamos la formación como inversión. Muchas empresas se preguntan ¿por qué invertir en la formación? En el presente encontrarás satisfacción y gratitud por parte de tu empleado. En el futuro, verás cómo los conocimientos se aplican conforme a las necesidades que va requiriendo la empresa y eso se traduce en mejor organización, mejor producción y, en definitiva, mejores resultados.

El mundo evoluciona y el mercado cambia, las nuevas tecnologías cambian, y los trabajadores que no se reciclan, quedan desfasados. La formación aporta valor añadido a tu equipo de profesionales aumentando su productividad y al mismo tiempo incrementa el valor de los servicios que ofrece tu empresa. (Mejores competencias, mejor servicio). Una persona que saber realizar sus funciones de manera profesional, invierte menos tiempo en desarrollar sus actividades, aporta soluciones, resuelve mejor los conflictos, etc.

La formación crea independencia y un mayor nivel de responsabilidad. Formar a tu equipo te permitirá delegar funciones y explotar nuevas áreas para mejorar tu negocio desde un liderazgo eficaz.  Si formas a tu personal en ámbitos específicos, te asegurarás tener un equipo completo y multidisciplinar. 

La formación permite al empleado conocer nuevas formas de trabajo y nuevas metodologías. Un equipo constantemente formado crea una empresa innovadora. La innovación es un punto clave en el desarrollo y futuro de tu empresa. Probar ideas nuevas basadas en sus conocimientos hacen que se alejen de “esto se hace así porque sí”. Por último, una persona preparada es una persona abierta, lo que le permite adaptarse fácilmente a los cambios (anticipación y adaptación).

El trabajador que disfruta haciendo su trabajo, quiere profundizar, quiere ser mejor y crecer dentro de la empresa. Formarlo, es evitar (o al menos reducir la probabilidad) de irse donde crea que puede crecer como profesional.  Para lograr que el trabajador se siente involucrado con los objetivos de la empresa, debe sentirse valorado y la formación puede ayudarte a generar ese vínculo. Si potencias el talento, conseguirás un equipo más fuerte y motivado.

Un trabajador que recibe formación a cargo de su empresa siente que se preocupan y confían en él, que puede que adquiera nuevas responsabilidades a partir de esos conocimientos. Sentirse valorado es clave para que el trabajador rinda. Estar más implicado con la empresa, dará muchos beneficios a corto, medio y largo plazo. 

Y por último pero no menos importante, las subvenciones. Sí, somos conscientes de la situación económica de muchas empresas, pero no hay excusas. Gracias a la formación bonificada, cada vez resulta más fácil acceder a estos servicios. Las empresas con trabajadores por cuenta ajena, poseen un crédito anual que otorga el Ministerio de Trabajo e Inmigración a través de la Fundación Tripartita. Este crédito resultará de aplicar a la cantidad ingresada en el año anterior el porcentaje de bonificación correspondiente, que estará relacionado con el número de trabajadores. 

Como conclusión, invertir en formación no sólo sirve para mejorar las competencias de los empleados, sino también para detectar las aptitudes y el talento dentro de la propia empresa, conseguir motivación y valor.